En una casa grande, de paredes blancas y ventanas verdes, vivían el abuelo, la abuela, la mamá, el papá, Juan, María y Matías, el bebé.
Tenían un gato blanco; su nombre era Pipo.
Pipo era mimoso y jugaba con los niños.
Robaba la lana de la abuela y corría por la casa.
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